21.1.13

"No se percataba de inmediato de si él estaba ya allí. Había aprendido que no era importante. De todas formas, no se sentía segura hasta que lo veía -ni tranquila hasta que él la miraba. No habría podido imaginárselo antes, pero precisamente lo más absurdo -que aquel hombre la observara- se había convertido en lo que ella necesitaba, y sin lo cual no se reencontraba a sí misma. Con sorpresa comprendió que se percataba de que estaba desnuda sólo cuando estaba sola, o cuando él no la miraba. En cambio le resultaba natural que él la observara, y entonces se sentía vestida, y cumplida, como un trabajo bien hecho. Con el paso de los días se sorprendió deseando que él se acercara, y a menudo la frustraba ese quedarse suyo apoyado en la pared, reacio a tomar lo que ella habría otorgado sin molestia alguna. Entonces podía suceder que fuera ella la que se acercara, pero no era nada fácil, tendría que ser capaz de evitar cualquier actitud que pareciera una seducción -acababa siendo brusca, en el gesto, e inexacta. Siempre era él quien encontraba una distancia indolora."
"Mientras tanto, iba pensando en la tardía dulzura de él, dándole vueltas en su cabeza, con el placer de observarla desde todos los lados. Lo hacía a la luz de una extraña felicidad que nunca había sentido y que, a la vez, según le pareció, había llevado en su interior durante años, esperándola. Le pareció imposible haber sido capaz de hacer algo distinto, en todos esos años, que no fuera custodiarla y esconderla. De lo que somos capaces, pensó.
Crecer, amar, tener hijos, envejecer -y todo esto mientras también estamos en otro lugar, en el largo tiempo de una respuesta no llegada, o de un gesto no terminado. Cuántos senderos, y a qué paso diferente los remontamos, en lo que parece un único viaje."

3.9.12

Aca estamos, acá estás. Yo con tu amor y vos con el mío
Pienso, lloro, me emociono. 
Porque yo paso, vos pasas, los de allá también.
Todos caminamos, pasamos y dejamos algo.

La luna y el sol, las estrellas y el cielo, el mar.
Los planetas ahí siguen, el viento de verano llega de vuelta con una sonrisa prometedora. 
Y acá estamos nosotros, viviendo, sintiendo, pasando..

Allí estará todo cuando nuestras huellas terminen.
Pero por ahora acá estoy, con tu amor.
Felíz, pensando en lo aterciopelado que es mientras lo tengo en mis manos.
Que aunque un día decidas llevártelo, que aunque un día no estés, yo no esté, que decidamos partir, que nos llegue el momento de cederle el camino a otros, algo de energía habremos dejado juntos en el mundo.



Yo me iré, vos te irás. 
Te vas, me voy.
Pero ese amor aquí se quedará. 



5.11.11


Quand il me prend dans ses bras, 
Il me parle tout bas 
Je vois la vie en Rose

2.11.11

Yo no quería este momento


Es en noches como estas en las que me cuesta respirar, llenar de aire todo lo que me hace mal. 
¿Dónde nos habremos dejado la sinceridad de los primeros días? ¿A dónde se habrá ido todo lo que supimos decir que ahora no dejamos salir? 

Desde el lugar en el que me paro veo de a poco cómo las estructuras se van cayendo, el empapelado se resbala de las paredes, las luces no quieren prender. Como en un terremoto que amenaza con tirarlo todo, romperlo todo, deshacerlo todo, veo que cae polvo del techo. Cuanto más miro más me duele, más me lleno de miedo. 

¿Por qué habría de acabar? ¿Por qué es que esto se acaba? ¿Dónde estamos? ¿Dónde estuvimos?

Yo conocí este lugar en todo su esplendor. Me encandilé con sus luces, me emborraché en sus olores, bailé con el sonido de risas. Me quise quedar a vivir en esas paredes, en esos brazos, en esa seguridad, en esos momento perfectos. Hoy no lo encuentro. No me encuentro. No te encuentro. No sé dónde buscar. 

Sigo parada en este lugar que ya no es más mío ni de nadie e intento pegar con cinta las cosas que siento que ya casi son inarreglables. Y te veo intentar, con el mismo miedo que yo. Pero, ¿y si no se pudiera arreglar? ¿Y si de verdad este fuera el final? 

No quisiera que esta historia se nos venga abajo sobre nuestras cabezas. No quiero que dejemos de intentar recuperar ese increíble lugar. No quisiera que nos olvidemos de ser sinceros.

Quiero que me des la mano, sonreirte y volver a respirar.


9.10.11

Un regalo porque sí

Quiero darte todo por no saber qué darte puntualmente. 
Y me pone mal. 
Por querer darle a la persona que más amo cosas que desconozco o que no tengo.
Cuando lo mejor que puedo darte, lo mejor para regalarte, es todo lo que entra en mis manos y las cosas que llevo conmigo cuando no estás. 

Un momento de espuma salada

Dormías. Con la luz blanca que entraba por la ventana y debajo de la cortina vos dormías. Tapado con la sabana blanca, con la ráfaga de aire cálido que se filtraba, en ese cuarto iluminado tan blanco y tan tuyo como el olor de las almohadas. Ni un solo ruido parecía interrumpirte, durmiendo con el entrecejo fruncido por alguna razón que no logré descubrir mirandote. Y yo sentada al lado tuyo, entre las mismas sabanas que acariciaban tu piel, mi piel.. soñando con que el único ruido que se escuchaba en todo el lugar eran olas rompiendo contra la arena y no ramas de árboles moviendose al compás de un viento de lluvia. 


Ahí sentada, llevandonos a otro lugar muy lejos del real, fue cuando supe. Así, sin más nada para agregar lo supe: ese momento se grabaría en mi memoria para siempre. Ese momento tan blanco y estático en el tiempo, cargado de un sin fin de significados mezclados entre vos y yo, entre mi pelo y tus pestañas, entre tus besos y mis palabras, lo llevaría conmigo siempre. Te miraba, y entre más te miraba más descubría lo perfecto de lo que estaba viviendo. Entonces fue cuando me pregunté cuántas veces más lograría vivir momentos como ese. Pero sinceramente no me importa ahora. Guardo ese instante, ese día de minutos en mi memoria, en mi cuerpo, en la punta de mis dedos, en todo lo que soy con vos hoy y seré el día de mañana incluso no estando al lado tuyo. 


Volví a mirarte, volví a sentir esas olas, ese sueño tuyo al lado mío. Sin molestarte me acosté para mirarte, con lagrimas cargadas de emociones encontradas. Nada más, sabía que no habría nada más en el mundo que quisiera más que eso. Estar así, con vos, en miles de momentos perfectos más. 


Cerré los ojos, dejé que el ruido de las olas me cantara una canción, y de repente no supe más. Solo que antes de dormir y meterme de intrusa en lo que soñabas sentí el olor a la sal que viene del mar.